Frente a la visión triunfalista que los medios de comunicación propagan sobre las maravillas de la medicina actual, tan llena de tecnología y de parafernalias diversas, poco a poco han ido surgiendo voces disidentes de profesionales e investigadores independientes que contradicen este panorama de éxito social y científico[1]. Así, en este mismo blog he ido presentando varias visiones extremadamente críticas (Lluís Botinas, Antonio Tagliatti, Ghislaine Lanctot, Patrick Quanten, Enric Costa, Jesús García Blanca…) que echan por tierra estos clichés y afirman sin tapujos que en gran medida la moderna medicina alopática es inoperante, agresiva, cara, inhumana y hasta criminal. Y ello por no hablar de la acción del imperio farmacéutico global que planea sobre todos los ámbitos de la salud…
A este respecto, es evidente que desde el poder establecido se quiere dar una imagen de avance y resultados, pues la política y la sanidad pública son conceptos…
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