Ha muerto Rita Barberá, y el Congreso, aquel Congreso en el que de cara a la galería ya nadie era próximo a la fallecida, le dedica un minuto de silencio. Y los mismos que la habían ‘echado’ del partido, y que ayer mismo se desmarcaban de los ‘problemas personales’ de alguien que ya no pertenecía a sus filas, hoy claman al cielo por lo cruel que ha sido el mundo en general y los medios en particular con la que ahora, una vez muerta, vuelve a ser su amiga.
Origen: El Ventano
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